Un emblema tan representativo de Granada como La Tarasca debía tener un homenaje especial en formato culinario. La Tarasca, como tasca, busca recuperar la tradición culinaria granadina de platos de cuchara, de guisos tradicionales, de tapas de toda la vida, que en estos últimos años se han dejado un poco de lado. Y qué mejor que retomar la trayectoria gastronómica del local número uno de Plaza Fortuny con una tasca de barrio en la que se come como en casa, sin reinventar, sin modernizar, sin enmascarar. Puro producto, pura cocina y puro sabor.
El histórico barrio del Realejo es la ubicación idónea para alejarse (tan solo unos pasos) del bullicioso centro, pero manteniendo esa cercanía. El que fuera el restaurante con el que inició su trayectoria el Grupo La Borraja ahora se transforma en una tasca de toda la vida, con diferentes espacios donde disfrutar de la propuesta tanto en barra como en los dos cómodos comedores donde además se encuentra una gran mesa para compartir veladas con familiares y amigos.
El chef ejecutivo del Grupo La Borraja propone una cocina sin ambages, sin medias tintas y directa al grano. Recuperando platos de toda la vida cuyo secreto principal está en ponerles mucho cariño. Para ello cuenta con un equipo de cocina y sala que harán la experiencia cercana y agradable, como si estuvieras en casa. Guisos, pucheros, potajes, estofados… todos esos platos de cuchara que sientan tan bien y reponen el cuerpo y que podrán acompañarse con toda una suerte de tapas, raciones y medias raciones de platos clásicos de la gastronomía granadina y andaluza: encurtidos, chacinas y otros embutidos, conservas, ensaladillas, pipirranas, salmorejos…
En nuestra memoria guardamos aromas y sabores de antaño, de la cocina de nuestras madres y abuelas que hoy recuperan en los fogones de La Tarasca.
No podían ser tasca sin contar con sus propias botas de vino y vermú para acompañar unas gildas, un buen plato de carne en salsa, una ensaladilla rusa o una tortilla de patatas recién hecha…
