Desde 1932, Casa Torcuato presta servicio al sector granadino de la restauración desde el barrio granadino del Albaicín, donde se ha convertido en un referente gastronómico. Aunque en sus inicios fue una bodega, la actividad como restaurante propiamente dicha no la comenzó hasta 1982. Hoy es la cuarta generación, representada por Juan Manuel Martínez, la encargada de que este negocio familiar siga engrandeciendo la cocina granadina más tradicional, llena de sabor y sensaciones.
Manuel Martínez define la cocina de Torcuato como tradicional, basada en la gastronomía “de toda la vida”, aunque adaptada a las nuevas demandas que impone el arte culinario: “Es una cocina tradicional con un toque de modernidad y originalidad. Procuramos ir innovando y sacando cosas nuevas e incorporándolas a la carta, y es la propia gente, nuestra clientela, la que nos dice si les gusta o no les gusta”. Torcuato trabaja toda clase de carnes, pescados, salsas, vinos… con una gran selección de productos. El responsable de Casa Torcuato también destaca los postres de la casa, con más de diez variedades en carta, totalmente caseros, como los helados de turrón, de aceite de oliva, de galleta maría y de natillas, o el tocino de cielo, los flanes de almendras y pistachos, los pudins de turrón o de requesón, las tartas de castaña, de queso y el pastel de manzana, entre otros.
El buen hacer en el sector de la hostelería ha llevado a Casa Torcuato a ampliar el negocio y desde hace algo más de un año está funcionando El Picoteo, también en el Albaicín, cuya cocina sigue la estela de la casa matriz pero apostando por platos más desenfadados de la cocina moderna. Prueba de ello es la col rellena de carne de pollo, ternera y cerdo en salsa andaluza, elaborada ésta con vino dulce, vino tinto, chorizo y jamón, especialidad que hemos tenido la oportunidad de degustar recientemente y apreciar en todos sus matices.
